Hoy parece que ella tiene la voz todavía más dulce que
ayer. Sin embargo, está más triste. Se le nota; marca menos las erres y no
alarga los finales de frase con su habitual tonillo cantarín. Adoro ese
soniquete…
–
¿Qué te pasa cariño? ¿No te gusta el otoño?
Ella cambia de tema. – Es momento de hablar de economía
– Dice. Escucho embobado aunque no entiendo nada.
Unos minutos después ella se ha despedido y yo apago la
radio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario