Viernes 27 de Mayo de 2011
Desde el habitáculo o litera de abajo del camarote 212 del Jan Mayen, lugar desde el que suelo escribir este diario a altas horas de “la noche” recreo lo vivido en el día (interminable y memorable como los anteriores).
El cansancio empieza a hacer mella en mí así que voy a intentar cuidarme para no acabar bajo mínimos.
Hoy parecía que no iba a ser un duro día de trabajo pero como hemos hecho un par de excursiones la jornada se ha alargado hasta más de medianoche.
No he hablado (digo escrito) mucho de las personas con las que comparto esta aventura: codo con codo en el laboratorio somos cinco (Lara, Johnna, Íñigo, Inés y yo); ¡las risas, la ayuda y el buen ambiente no faltan!
Además en el barco están Carlos y Paul (ambos investigadores y directores de la campaña Arctic Tipping Points en la que estamos inmersos).
Hay otro científico pero no está haciendo trabajo de laboratorio ni ningún experimento aunque es realmente agradable (y tranquilo como todos los noruegos).
En el grupo de Comunicación (o como nosotros los supuestos científicos les llamamos: los artistas) está una escritora-periodista sueca encantadora (cuenta la leyenda que a su madre se la comió un oso... ¡pobre!), una periodista noruega que se hace llamar Polar Artist y que es bastante antipática, un fotógrafo noruego y un periodista también noruego de un diario nacional que nos va a sacar esta semana en una foto muestreando la roseta (aún no me he conseguido enterar del extraño nombre del periódico). También nos acompaña Sara, de la Ser, encantadora; Almudena, la compañera de Inés y mía de camarote, escribe un blog en Quo (hoy nos ha estado leyendo lo que había escrito sobre nuestros experimentos), Ainhoa y César, directora y cámara del departamento de comunicación del CSIC respectivamente, ambos dicharacheros; Tom Fernández, director de cine (escribe un blog para Público, hoy creo que estaba escribiendo sobre nosotros y nos ha hecho un par de fotos), tiene un humor genial; Luis Resines, encantador escritor de cómic; Miquel Alcaráz, gran dibujante; Joan Costa, excelente fotógrafo y Javier Reverte, escritor y periodista que como persona es crítico, observador, amable y entretenido.
Por otro lado está la tripulación del barco con los que cada día nos llevamos mejor. Están: Hans, el CTDero; Bente (alias Rambo), la mujer que se ocupa de mantener el barco y sobretodo la cocina limpia y ordenada (hemos aprendido las normas a base de sus regañinas y carteles pero también nos dedica sonrisas); el cocinero y otros marineros que realizan las maniobras para coger muestras del mar (tirar la roseta o redes de pesca y recogerlas, nos llevan en zodiac cuando bajamos del barco y nos consiguen todo lo que se nos ocurre pedirles de bricolaje para nuestros experimentos). El capitán se deja ver poco.
Hoy hemos trabajado mucho, sí; pero también, bajo una débil y preciosa nevada, hemos bajado del barco dos veces para visitar un asentamiento, el glaciar Magdalena y la isla Amsterdam. Lugares bellos, llenos de nieve perfecta e historias increíbles.
La zodiac a todo motor sorteando bloques de hielo de un perfecto azul (debido a la compactación previa en glaciares y posterior caída al mar) modelados por el agua y el viento.
Tres morsas gigantes a las que hemos visto muy de cerca al ir a molestarlas cuando estaban echándose la siesta sobre la nieve en Magdalena.
Muestreo cantarín con jeringa voladora que andará ahora camino de Groenlandia. Guerras y huellas en la nieve. Un montón de fotos. Y la sensación de estar en el lugar más mágico del planeta (que no el más bonito, que of course es Sigüenza city y alrededores).
Rumbo a Ny Alesund, viento en popa, con buena mar y mucho cansancio me dejo dormir por el mecer de las olas del Océano Glacial Ártico (sobre aguas Atlánticas de entrada). Habiendo sobrepasado los 80 grados norte hace escasos minutos…¡Hasta mañana!
Sábado 28 de Mayo de 2011
Hoy parecía que iba a ser nuestro día más “relax” pero no hemos parado ni un segundo.
La mañana empezó con uno de los llamados “síndromes del embarcado” que se resume en que al cansancio acumulado de los científicos y el relativo aburrimiento de algunos de los “artistas” se unió una especie de melancolía generalizada.
Yo, mientras registraba en el ordenador los datos de las estaciones (CTDs) del día anterior decidí no sé si combatirlo o alimentarlo escuchando las melodías de Johnny BeStone a las que siguieron un repertorio de energizante rock vasco cortesía de Íñigo (bilbaíno de pro).
En el laboratorio siempre estamos con música y sino cantando; pues, para hacer trabajo mecánico como etiquetar muestras, fijarlas o medir oxígeno, siempre es de agradecer tener una Alanis Morrisette, un Neil Young, Pearl Jam, la música brasileña de Lara y la Happy setentera americana de Johnna de fondo.
Hoy el barco se ha abierto paso entre el hielo “a base de empujones”; increíble ver y escuchar el crujir de las placas de más de 4 metros de espesor al romperse cerca de la Marginal Ice Zone. Es el día que más al norte hemos estado, sobrepasando con creces los 80 grados de latitud norte.
Antes de comer hemos subido a Proa, a la cubierta número cinco del Jan Mayen, para contemplar tal espectáculo y la sorpresa ha sido que un oso polar joven, movido por su hambre, curiosidad y ganas de jugueteo ha venido saltando de placa en placa hasta la base del barco para saludarnos. En cubierta sólo se oía el clic clic de las fotos que todos le hacíamos mientras él posaba igual o mejor que la Schiffer.
Antes de la llamada para comer nos han rodeado un par de pequeñas ballenas de las que no ha quedado constancia fotográfica pero si un buen recuerdo (Inés y yo hemos sido las primeras en avistar a escasos metros del casco del barco primero la gran boca y luego una pequeña aleta dorsal negra de una de ellas).
Después de comer, sentadas en uno de los sofás de cuero rojo del salón-comedor, Johnna y yo hemos preparado a contrarreloj las diapositivas de la presentación que ante casi todos los participantes del “crucero” hemos realizado, junto con Inés, a eso de las cinco de la tarde. Al principio el inglés no fluía, pero luego ha resultado ser un éxito y hemos recibido felicitaciones.
Igual que ayer Tom Fernández nos hizo unas preguntas para el blog que realiza en Público, hoy ha sido Sara para la Ser la que nos ha entrevistado.
Entre todas mis tareas del día he muestreado tres Rosetas, una de ellas bajo la atenta mirada de la cámara de César, que intenta no perder detalle.
La comida y la cena han sido menos apetitosas o apetecibles de lo habitual pero vamos probando los alimentos y platos típicamente noruegos, que a pesar de tanto subir y bajar escaleras del laboratorio a cubierta, de allí al comedor, de la sala del CTD a la de Instrumentos…¡nos tienen bien alimentados!
Por la tarde Javier M. Reverte, encantador como siempre, nos hizo compañía un rato en el laboratorio hablándonos de los futuros viajes y vivencias que tiene en mente y que seguro le llevaran a gestar libros maravillosos.
Luís va cogiendo ideas para su comic mientras Miquel y Joan nos enseñan todos los “bichillos” que han capturado con una red y que se disponen a dibujar y fotografiar respectivamente.
Casi todos los participantes en esta expedición y los marineros se han reunido para ver ganar al Barça la final de la Champions, mientras Lara, Johnna y yo no hemos dejado de trabajar en el sótano, donde se sitúan nuestros laboratorios.
Yo he estado desde las 21 horas ayudando a Inés con sus winklers (botellas en las que se mide oxígeno para estimar el metabolismo del plancton) y tomar las casi 500 medidas nos ha llevado cuatro horas, tras las cuales y habiendo dejado todo listo para muestrear mañana, hemos salido a cubierta a disfrutar con Johnna y Lara de un mar en calma sobre el que navegamos rápido.
En el barco está prohibido el alcohol y añoramos alguna que otra cervecita para celebrar el fin de jornada así que una sin alcohol que le ha dado Hans (mi amigo el CTDero) a Lara, aunque calentuza la hemos compartido entre tres y nos ha sabido a gloria.
Cerca de las 2 de la madrugada, sobre la calmada lámina de agua se reflejaban las nubes grises que empiezan a descargar perfectos copos de nieve bajo una luz de película.
Con el mar en calma y con un menor número de choques contra icebergs (que resuenan y hacen tambalearse todo el barco) me voy a dormir; pensando en descansar al máximo estas cuatro horas que me separan de la jornada de mañana. En la que esperamos llegar a Ny Alesund para volver a coger agua de glaciar necesaria para la segunda parte de nuestro experimento; también esperamos muestrear una pila de variables en él (yo concretamente todas mis muestras finales de Calcificación), alguna que otra Roseta y quién sabe cuántas más fotos haremos. Seguro que todo ello dejando atrás melancolías, entre música y risas.
Viento en Popa a toda máquina rumbo sur hacia las Svalbards se hace de noche en el camarote pero no ahí fuera, donde siempre luce el día.
Domingo 29 de Mayo de 2011
Hoy he pasado el mayor frío de mi vida pues no es baladí pasar cuatro horas muestreando en cubierta con una sensación térmica que debido al frío viento debía rondar los 20 grados bajo cero (igual exagero un poco pero no demasiado). ¡Mi equipamiento Decathlon me ha salvado dedos de manos y pies de la pérdida por congelación!
Del frío tomando muestras ha quedado constancia gracias a una foto de Ainhoa (la cual no ha aguantado el frío más de lo necesario para darle al botón de la cámara) supongo que serán perfectamente perceptibles las narices de Johnna y mía en un rojizo estado de congelación.
Muestreando alone una de las rosetas de la jornada me ha estado grabando César, que seguro luego monta unos videos preciosos. Espero que sea capaz de mostrar al mundo la inmensa belleza y debilidad de lo que nos rodea.
Además el día ha dado de sí para compartir conversaciones trascendentales, hablar de los síndromes del “encierro” (no el Pamplonica sino el que se refiere al enclaustramiento que sufrimos abordo) e incluso ¡hacer terapia de grupo!
Me gusta escuchar la voz y la risa de Sara, observar a la crazy Polar Artist, canturrear a anytime cualquier tipo de melodía. Me voy acostumbrando a las broncas de Rambo (Bente, la marinera que vigila, limpia y ordena) aún no entiende que si no llegamos al turno de comida estrictamente establecido by herself es porque estamos haciendo trabajo de laboratorio que no puede quedar a medias.
En lo “laboral” hoy he tomado y preparado para medir en Tromsø mis primeras muestras de calcificación. Ando aprendiendo dos polos de una misma moneda: peligrosidad y utilidad de la radioactividad.
Nos informan que hoy salimos en los medios. Gracias al blog de Tom Fernández en el diario Público ¡parece que seguntinizo un poco el Ártico!
Por otro lado reflexiono, es duro esto de sumergirse en una campaña pero, sin lugar a duda, es enriquecedor y por supuesto el entorno es alucinante (no me canso de dejarme deslumbrar). Además, salir del laboratorio después de 18 horas trabajando y ver el sol no tiene precio (ni en coronas noruegas, ni en euros ni nada).
Aún no hemos llegado a Ny Alesund y la jornada ha dado de sí para acabar con una rodilla destrozada y la espalda contracturada.
El gran volumen de trabajo nos hace perdernos una ballena y para mañana nos toca desmontar el experimento y prepara el siguiente; ¡espero que esto no nos haga perdernos más maravillas!
Me acuesto pensando en la rica cena Mexicana, disfrutada al máximo.
Me da por pensar en el valor de una sonrisa y el añoro de un abrazo. 2:44; ¡a dormir! ¿Mañana siesta? ¿ó quizá paseo y shopping por NorthSvalbard?
Lunes 30 de Mayo de 2011
Pues al fin llegamos hoy a Ny Alesund, un pueblecito dedicado íntegramente a la ciencia.
Hemos trabajado, desembarcado para verlo, vuelto a subir al barco para seguir trabajando, comer, terminar el tratamiento previo a la medida de “mis” muestras de calcificación…
A lo largo del día hemos desmontado el experimento y recogido el agua (de mar y glaciar) para empezar mañana uno nuevo (like the song: the world starts another round); esto ha hecho posible que diéramos un paseo precioso por el entorno de Ny Alesund (después de arrasar en la tiendecilla del pueblo) hasta un río de escorrentía de glaciar en el que casi me caigo de cabeza (por suerte ha sido sólo el amago) y del que finalmente no usaremos el agua; las vistas desde allí eran realmente fantásticas.
El barco se mueve rumbo sur, dirección Longyearbyen, donde mañana desembarcaran la mayoría de nuestros compañeros de viaje. Esto ha hecho que hoy todos presentáramos un documento a modo de conclusión. Entre los cinco habitantes del submundo (los laboratorios) hemos preparado un gracioso vídeo; una metáfora mental de lo que para nosotros significan los Tipping Points y cómo cuando el cansancio hace cruzar el tipping point de la locura y comienza el desvarío (en este caso bailando bajo la atenta mirada de una cámara indiscreta); hemos querido terminar con un mensaje positivo (que no queremos que los artistas se nos tiren por la borda pensando que el Cambio Global es irreversible)…maybe it’s not too late to realize!
El vídeo que ha mostrado César era emotivo y bello, divertido y reflexivo el dibujo de Luís de “El Oso de Troya”, breve pero certera la reflexión de Tom, intenso y didáctico el divagar de Ainhoa y Carlos, bonita ilustración la de Miquel... algunas conclusiones me las he perdido al tener que compaginar el meeting con el muestreo de una roseta (la primera de tres nocturnas que hemos realizado hoy).
Digo (bueno, escribo) nocturnas porque nos han ocupado las horas previas a la media noche pero me voy a dormir (hoy un poquito antes que el resto de días) contemplando un espectacular sol que baila en círculos sobre el horizonte. Lo disfruto pues aún faltan días para que Clara vuelva a ver la Luna.
Fantástico, pero duerme una hora más o la próxima vez te lleva el río...
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