viernes, 17 de junio de 2011

De nuevo rumbo al norte

Viernes 17 de Junio de 2011

Otra vez en Madrid a menos de 24 horas de volar al Norte, vía Frankfur y Oslo. Allí, a la hora de comer, me reencontraré con Inés. Vamos a celebrar por todo lo alto (concretamente por las nubes) su cumpleaños. Juntas viajaremos a Tromsø, dónde embarcaremos en el Helmer Hanssen.
No es que nos hayan cambiado de barco sino que resulta que hoy la Universidad de Tromsø ha pasado a ser formalmente la única propietaria del Jan Mayen y han decidido rebautizarlo. De hecho, a estas horas ya habrá sido la ceremonia y estará en el puerto esperándonos; cargado con todo nuestro material científico. El antiguo pesquero reconvertido a barco científico lucirá orgulloso su nuevo nombre en honor, como no podía ser de otra manera, a un explorador polar noruego. Yo siento “morriña” pues después de todo lo vivido es inevitable, para mí siempre será el Jan Mayen.
La semana, aún no hace ocho días desde que llegué, ha pasado sin que me diera ni cuenta; pero me voy con la sensación de haber aprovechado el tiempo... Dos conciertos de los que te dejan pensar, disfrutar de la música y salir con una sonrisa, una obra de teatro magnífica, dos cumpleaños especiales, un reencuentro muy agradable que espero no vuelvan a pasar seis años para que se repita, el sabor a hogar, las infinitas posibilidades de Madrid, el calor, un regalo muy entrañable que me hará recordar siempre mi primer viaje al Ártico, un eclipse de Luna y la Luna llena, la noche y su oscuridad.
     Ahora, con la campaña organizada; no sin antes haberle dedicado esfuerzos varios en forma de mails, llamadas, gestiones... Tengo menos dudas que el 20 de mayo (cuando me encontraba en situación parecida) pero siento la misma expectación ¡o más! Sé que no será igual, que Conflux Cruise va a ser una campaña científica real (sin comunicadores ni turismo), que Inés y yo estaremos “solas ante el peligro”; pero no tengo miedo. “Poco a poco” lograremos sacar el trabajo adelante ¡de eso estoy segura! Básicamente porque vuelvo a sentir ilusión y muchas ganas de vivir esta nueva aventura.
Echaremos de menos el “shake it” (no será lo mismo), el Pero... ¿Qué estás midiendo?, el rock vasco (en Euskera y castellano), la música Brasileira, cruzar tipping points, el “dulce despertar” de Johnna y su faceta folk singer, las historias tipo “hombre gancho”, los paseos por el hielo, el termo de café de contrabando, el Perdona ¿Puedes hacer como que trabajas?, las venganzas en la nieve, cuando a Lara se le va la olla y cuando Iñigo nos habla de su... sus cosas. Los cuatro listos como la zorra, divertidos como el flamenco, geniales como el canguro, entrañables como el tití, dulces como la ardilla ;-)... ¡Un placer!
Ahora la Flower child y yo seguiremos dejando el pabellón bien alto; dejándonos puertas abiertas, hablando alto, presionando veinte veces para conseguir un café de la máquina, cantando a las puertas del puente de mando...
En lo personal seguiré dejándome sorprender por la belleza y fragilidad del Ártico, invadir por esos paisajes que como dice Sugan casi duelen de bonitos, reflexionar sobre su eventualidad, su futuro condicionado por el egoísmo de una sola especie; tratando de averiguar la mejor forma de combatir las acciones que lo deterioran a una velocidad pasmosa, buscando el cómo mitigar los perjuicios que ya hemos causado... Para que un día mis primos pequeños, mis hijos, o los hijos de los de mi generación tengan la oportunidad de hundirse hasta la cintura en la nieve en un pueblo ruso minero del círculo polar, ver un oso polar saltando de placa en placa a 80 grados Norte, una morsa echándose la siesta, un Calanus por el microscopio...
And the world starts another round (como dice la canción)... ¡De nuevo rumbo al Norte!

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