Sábado 25 de Junio de 2011
Nos levantamos prontísimo, a las 6:15 ¡qué pereza-frío-sueño- pocas ganas de salir de debajo del edredón! Fuera hay un grado bajo cero y mucha humedad, pues el barco amanece envuelto en una densa niebla, tipo pelí británica de misterio. También está rodeado de bloques de hielo, que no placas, de entorno a un metro de alto y color blanco-nieve perfecto, que contrasta con el de los laguitos o mini arroyos de agua de deshielo que los recorren buscando su camino al mar. Son de un azul-glaciar intensamente bello.
Paso frío muestreando tres horas en la cubierta de pesca de arrastre... Muestrea el CTD, el agua a garrafas y para fuera, ¡que no se caliente!, limpia, aclara, rellena 60 mililitros de muestra en cada botellita de policarbonato, ¡no te confundas de garrafa!, cada muestra en su sitio, todo tiene un orden. ¡Para!, llega el segundo CTD. Muestrea para incubar agua procedente de diferentes profundidades, vuelve a cubierta y... otra vez lava, aclara, rellena con 60 mililitros de muestra, inocula, pipetea y conserva 250 μl de cada botella en ethanolamine, ¡hay que ser rápido y nada más inocular conservar muestra en los viales A!. Abre tapón, cierra tapón, llena otros 60 mililitros de la garrafa a la probeta y de allí a la botella de policarbonato. Abre tapón, inocula, conserva muestra, cierra tapón. ¡Las muestras que actúan como blancos hay que matarlas!, abre tapón, pipetea tres mililitros de nosequé buffer... Muertas, ¡ya no calcifican!, cierra tapón. Y así cuarenta y cinco veces... Al principio las manos duelen de frío, luego no las sientes y simplemente tratas de no perder la agilidad para que nada caiga al suelo. “Micromovimientos”. Todo ha de ser preciso y extremadamente cuidadoso en este “juego” de agua y radioactividad. ¡Venga que ya queda poco para tomar un té calentito!... 10:15. ¡Muestras listas para incubar! Las meto en sus bolsitas y las subo a cubierta.
- ¡Hola Inés! ¿Cómo lo llevas?
- Cerca de terminar... ¿tu?
- Bien, ¿en cinco minutos en el comedor para un merecido desayuno?
- ¡Siiiiii!
Cada cual en su tanque o cubo. Compruebo que los baños de temperatura funcionan bien y están a las temperaturas correctas (0, 4 y 8 ºC). Los tubos de Inés y el cubo con agua por los que pasa constantemente agua running están justo a cero grados. Nosotras más que hambre... ¡debilidad! Y cuando por fin entramos a guarecernos dentro del barco nos encontramos la puerta del comedor cerrada... ¡no puede ser! ¿Qué pasa?
No hemos podido subir a la hora del desayuno y ahora andamos a punto del desmayo, pero coincide con la hora de fregar el suelo en el comedor. Así que el poco simpático marinero, quién hace en esta tripulación las tareas que llevaba a cabo nuestra querida Rambo durante ATP, nos prohíbe el paso. Al cabo de un rato de impaciente espera conseguimos nuestro objetivo: ¡un reconfortante desayuno!
Hoy es el día de la campaña con mayor volumen de trabajo, pues en plan “motivación máxima” hemos decidido duplicar el experimento (hacerlo con agua del mismo sitio para dos tiempo de incubación diferentes), además de hacer la estación de muestreo de agua de tres profundidades prevista.
Cuando llega la hora de la comida hay revuelo en el comedor. ¡El cocinero ha preparado unas gigantes megahamburguesas caseras! Sólo los marineros más robustos consiguen terminársela. Por poco pero I can’t manage with mine!
La tarde filtrando parte de las muestras de esta mañana, pues para la mayoría ya ha terminado su tiempo de incubación. Sólo quince se quedan en los baños de temperatura hasta mañana. Cuando termino de filtrar salgo por fin del laboratorio de radioactividad y me siento igual que cuando eres pequeño y sales de un cumpleaños que, aunque te lo hayas pasado muy bien (yo filtrando no me divierto tanto) sientes calor, tienes la cara roja, ganas de devolver, cansancio y dolor de cabeza. ¡No falla!
Casi doce horas trabajando contribuyen al malestar, pero aún así sacamos energía para bajar una hora al gimnasio. Entonces empieza el fuerte oleaje; y el pedaleo en la bici estática parece más real, con cuestas arriba y cuestas abajo a consecuencia de las olas.
Inés mientras winkleaba (agitaba winklers) me ha grabado un recopilatorio: Soundtrack ATP&Conflux Cruise. De sorpresa me lo encuentro sobre mi cama; decorado con florecitas, como no podía ser de otra manera viniendo de Flower child. ¡Genial!
Después yo le he llenado de carteles su lugar de trabajo en el laboratorio, rotulando frases míticas de la campaña sobre el plástico blanco que cubre la encimera. Una surgió hace un par de días cuando nos despedíamos de la Ice Polar Front junto al capitán, en el puente de mando; no podía faltar:
- Qué pena Clara... ¡no vamos a volver a ver hielo nunca más! (Inés trascendental, realmente triste y reflexiva con el sentimiento de despedida y pérdida que nos invadía)
- Y le digo: bueno... ¡hasta que nos tomemos un copazo! (Ambas nos reímos a carcajadas; y ese es el espíritu que intentamos mantener a bordo, de lo contrario todo sería más difícil).
De nuevo Biodraminadas (por si acaso la noche es movidita) subimos las dos a cenar.
Como el Cruise va muy bien de tiempo, es decir la campaña va incluso mejor que el horario previsto, han decidido inventarse una nueva estación que se hará entre la de hoy y la tercera y última prevista inicialmente, que será el lunes a 75 grados norte, sobre agua atlántica. Nos preguntan si nosotras podríamos o no participar en esta estación improvista e improvisada. Tendríamos que empezar esta noche o mañana por la mañana... Pensamos, barajamos la posibilidad pero... ¡Imposible! Inés no tiene winklers libres para muestrear, pues con el experimento doble y la estación de hoy están todos en uso. Y yo probablemente no tendría ni isótopo suficiente ni espacio luego en la máquina de Tromsø para medir más muestras. Así que nos la saltamos. Bueno casi, porque el CTD para Amanda sí que lo haremos. Para ella siempre hay tiempo y muestras (“modo irónico On”).
Antes de ir a dormir hay que pasar por cubierta, pues con las olas uno de los baños de temperatura ha empezado a fallar. Pero por suerte queda arreglado antes de congelarnos.
Para acabar el día grabamos un videosaludo... para echarnos unas risas, que en casa se queden más tranquilos y... ¡para que quede para la posteridad! Es broma, lo hacemos simplemente por pura diversión.
Hay un fuerte oleaje en el Mar de Barents, pero el trabajo duro está cerca de finalizar, así que satisfechas nos vamos pronto a dormir. Buenas noches.
Domingo 26 de Junio de 2011
El barco está parado. Me refiero a que mantiene su posición geográfica, pues estamos en medio de una estación de muestreo; pero quieto no está en absoluto. Las olas lo agitan y zarandean y él a nosotros a veces nos zarandea y otras nos mece: aaaaaarriba, aaaaaabajo, aaaaarriba, aaaaaaabajo... Trabajar dentro se complica. El estado de ánimo decae y reina un aturdimiento generalizado.
Tratamos de llenar bien el estómago en el desayuno para evitar el mareo y en seguida nos ponemos a trabajar. Es mejor no pensarlo y mantenerse ocupado. Yo tengo trabajo en el laboratorio de radioactividad, lugar que ya de por sí siento que absorbe mi energía; pero voy con ánimo: hoy tengo menos trabajo que ayer. Parar el shaker, con alicates las cubetas de los viales B a los C, tapa esto, cámbiale la etiqueta a aquello, séllalo con parafilm (parafilma que diría Johnna)... ¡otros 90 viales listos para almacenar en el congelador!
Después, a filtrar las últimas 15 muestras del experimento que ayer pusimos a incubar en duplicado. Monta la rampa de filtración, todo aclarado una vez en ácido clorhídrico y dos en agua de mar filtrada, saca las muestras de los baños de temperatura instalados en cubierta, bájalas al laboratorio de isótopos, enciende la bomba, asegúrate de que todo esté bien conectado y sellado, pon filtro, encima va el vaso de filtrado, parafilm, pinza, vierte muestra. ¡Y al lado otra y otra! Hazlo con lógica para saber dónde está en cada momento cada muestra. Aclara dos veces la botella de policarbonato con agua de mar filtrada, quita pinza, quita parafilm, retira el vaso con cuidado, lava las pinzas y conserva el filtro en el vial que corresponde... ¡y otra vez lo mismo! ¡Cuidado no se vaya a llenar el erlenmeyer de agua y el residuo pase a la bomba! Y cuando los filtros ya están en sus correspondientes viales aún no ha acabado: abre tapón, quítalo, tapa con un chisme de silicona que lleva una cubetita con un minifiltro (ya preparado así desde ayer), pipetea 0.2 mililitros de phenethylamine aquí y uno de ácido fosfórico allá. ¡Ya casi está! Enciende el shaker y asegúrate que con las olas la caja de los viales no se vaya a ir al suelo...
Ya sólo falta limpiar, conservar las botellas de policarbonato con clorhídrico dentro, guardar lo que ya no voy a usar y dejar todo listo para volver a muestrear mañana... ¡será la última estación! Pero sé que me va a faltar isótopo; así que saco el último mililitro de carbono catorce que me queda en la nevera y preparo la disolución para que mañana todo marche bien.
Son las doce. Minidescanso y manzana, que el estómago no puede estar vació con este oleaje.
Tengo que apuntar cosas en el cuaderno y pasar el estadillo del CTD al Excel del ordenador... ¡ah! y preparar lo necesario para muestrear después de comer la roseta para Amanda...
Es domingo, y según Marit el menú que degustamos hoy en la comida es lo que tradicionalmente se come los domingos en muchos hogares noruegos... Una especie de filetes de ¿cerdo? asados acompañados de chucrut y, cómo no, de brócoli casi crudo, patata hervida y una especie de pequeñas grosellas que crecen en arbustos rastreros del bosque boreal.
Minisiesta, de esas de diez minutos que sientan genial, en los sofás del salón y... ¡corre! Son las tres menos cuarto y a las tres está previsto el CTD para Amanda. Baja escaleras, sube la gradilla con los viales para DOC (Dissolved Organic Carbon), la caja con los tubitos para DIC (Dissolved Inorganic Carbon), un tubo de silicona para muestrear las botellas de la roseta, un cubo para sentarse y guantes de laboratorio... Coge el cuaderno y sube a la instrumental room, allí todo está listo para comenzar la maniobra. Apunta los datos y baja corriendo a muestrear. Luego fija muestras, ordena y almacena, pasa los datos al ordenador ¡otra cosa menos! Parece que no has tenido mucho trabajo y cuando lo ves escrito te cansas solo de pensarlo.
Inés todo el día midiendo oxígeno en las muestras que ha tenido 24 horas incubando. Winkleando a ritmo de Dr. Sapo (simpáticos paisanos), combina espectrofotómetro y titulador.
El vaivén nos baja el biorritmo pero estamos contentas pues la cuenta atrás ha comenzado. El fin de campaña está ya cerca.
Un poquito de gimnasio, cena y prontito a dormir que las olas contribuyen al cansancio. A ver cómo está el mar mañana.
Navegando rumbo sur para alcanzar mañana por la mañana los 75 grados latitud Norte - 30 grados longitud Este y comenzar la última estación.
Parece que en la Península hace mucho calor, yo lo añoro. También la noche y la luna, para variar. Siempre se quiere lo que no se tiene, así de caprichosos somos los humanos. Pero cuando no esté aquí, en el Ártico (a pesar de las olas) sé seguro que lo recordaré con mucho cariño y lo echaré de menos. Tengo la sensación de no haberme ido, de llevar aquí un mes en el que la semana en Madrid aparece en el recuerdo como un vago sueño. No es mucho tiempo pero ésta es mi casa, lo lleva siendo desde el 21 de Mayo. No queda mucho para que deje de serlo y no tengo ni idea de dónde estaré los próximos meses, pero da igual; de esta aventura siempre me quedarán un montón de buenos recuerdos.
Desde una montaña rusa, digo... desde un barco noruego Good night!
Bienvenida a la rutina del verano...
ResponderEliminar¡Gracias!
ResponderEliminarEspero adaptarme bien a la tierra firme, el calor y la noche... no sabes cuánto se echan de menos. Aquí en Tromsø aún es primavera, primavera de forro polar. Pero en unas horas viajo en zig zag por Europa para alcanzar el verano.